Ruta a pie río 1
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Van a ser varios los post de rutas por el río. Yo, apasionada del mar, he descubierto en Londres, el placer del río. Y no, no es un río con aguas cristalinas y puras, si no todo lo contrario. El Támesis creo que se caracteriza por tener las aguas permanentemente grises, por trasladar, según la marea, miles de latas, botellas y demás desperdicios, y por la frialdad de sus aguas. Sin embargo, el entorno que le rodea, las casitas, los pubs, las fábricas abandonadas, la vegetación, hacen que los diversos paseos, sean del todo agradables y muy recomendables.
Comenzaré esta serie de rutas por el río, con la primera que hice. Desde casa, hasta el puente de Kew, hay poco recorrido y no es muy bonito, pero una vez que cruzas ese puente, en dirección sur, hacia Richmond, coges el camino habilitado tanto para ciclistas, como para paseantes, y la cosa ya cambia. Todo el río, tiene ese caminito, en ambas orillas, señalizado como “Path Thames”. Está muy bien indicado y a veces, te saca del río para luego dirigirte de nuevo hacia él.
Por este camino, bordeas los Reales Jardines Botánicos de Kew. Te encuentras con muchos paseantes y ciclistas, y es un recorrido tranquilo y seguro. Yo empleé unos 12 km entre ida y vuelta. El paisaje es bastante similar toda la primera parte hasta llegar a Richmond. Según esté la marea alta o baja, puede ser más agradable. Como los jardines botánicos quedan a tu izquierda, todo esa parte es una continua nube verde y salvaje. A tu derecha, el río. No hay mucho que destacar. El camino, en ciertos puntos, se estrecha bastante y luego se ensancha. Si ha llovido, puedes encontrarte charcos diversos que puedes ir sorteando. No encuentras ni casas ni pubs en varios kilómetros. Al llegar al sur del jardín botánico, cuando el río gira en dirección a Richmond, la civilización comienza a aparecer en esta orilla del río.
Poco antes de llegar al Richmond Bridge, después de haber pasado por debajo de varios puentes, como el de Twickenham y otro de trenes, llegas a uno de los lugares más populares de Richmond donde hay una plaza escalonada rodeada de restaurantes y pubs. Aunque puedes encontrar gente de todo tipo, es habitual que haya algún que otro borracho, sobre todo por la tarde. Pero no suelen molestar.
En esta zona, cabe destacar el pub The White Cross (http://thewhitecrossrichmond.com) de dos plantas, con varias zonas funcionales y con bastante ambiente. Ya sabes que si llegas después de las 9 de la noche, es difícil que te pongan algo de comer.

Para volver, saliendo de Richmond, en la zona más comercial, llena de tiendas y donde está la estación de tren, busqué de nuevo el jardín botánico y esta vez, lo recorrí por la parte este, o la que da a la calle Kew Road. Zona residencial, con bonitas y grandes casas y tranquila. Antes de volver a cruzar el puente de Kew, llegas a unas explanadas de césped, Westerley Ware y Kew Green donde también hay numerosos restaurantes y pubs, algunos con bastante encanto como The Greyhound with Greedies (http://www.thegreyhoundkew.co.uk) y una coqueta iglesia, St. Anne con su pequeño cementerio a la entrada.
Una vez cruzado de nuevo el puente de Kew, puedes ir unos doscientos metros al oeste, en la orilla norte, para contemplar los curiosos y modernos edificios recién construidos todos mirando al río. Me llaman la atención porque parecen urbanizaciones de la costa de España, (eso sí, sin la pista de pádel ni la piscina) y por las terrazas que tienen todos los pisos, algunas realmente espléndidas que no tienen nada que envidiar a las españolas. Algunos grandes barcos, anclados a esta orilla desde lo que parecen siglos, convertidos en viviendas, comparten vecindario con estas urbanizaciones.
Vuelves a casa con la sensación de haber hecho ejercicio en plena naturaleza. Te hace olvidar que estás en un barrio más de Londres.