1. Ruta en bici de Chiswick a Kingston
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Si quieres ver el video que hicimos y algunas fotos más, métete en el siguiente enlace:
RUTA EN BICI POR EL RÍO
De Chiswick a Kingston
Es difícil explicar por escrito este recorrido y plasmar las sensaciones que he tenido pero voy a intentarlo.
Nosotros hicimos algo más de 30 km en esta ruta pero no son muy duros, ya que siempre es llano y sin cuestas ningunas. Empezando desde casa, en Chiswick, nos dirigimos hacia el puente de Kew, y vamos por el mismo camino (Thames Path) que hacía referencia en la ruta a pie 1. ¡Es mucho más rápido en bici! Orilla sur en dirección a Richmond.

Pronto llegamos a la plaza de Richmond, que también mencioné en la otra ruta, y estaba hasta arriba de gente y muy animada. Cruzamos el puente de Richmond y seguimos por el camino hacia Kingston, por la otra orilla.
Desde esta orilla, más salvaje, nos fijamos en la de en frente, donde hay varios bares con terrazas y algún club de remo.
Más adelante, en nuestro orilla, nos encontramos con una pradera grande, donde había mucha gente jugando y al final, una casa blanca e inmaculada: Marble Hill House. Esta casa, construida entre 1.724 y 1.729, perteneció a una de las amantes del rey George II y quisieron que se asemejara a las casas de las plantaciones en las colonias americanas y gustó tanto el diseño, que fue rápidamente copiada a lo largo del valle del Támesis. A mí, me recuerda mucho a las películas o libros que he visto o leído ambientados en el siglo XVIII y sería curioso imaginarlo en aquella época. Hoy pertenece a una fundación y puedes alquilarla para celebrar bodas en ella.
En esta parte del río, el camino se hace confuso, y ya no es el propio caminito de tierra de otras zonas, sino que a veces, se convierte en una carretera. Así llegamos a un pub, que creo debe estar estupendamente, por su ubicación y su ambiente, pero no nos paramos: The White Swan (http://whiteswantwickenham.com). Da a una pequeña playita del río y tiene una preciosa terraza enfrente, rodeada de flores, que está tan cerca del río, que corre el peligro de ser inundada, como la foto que he sacado en su web.
Siguiendo, ya no un camino, como he dicho, sino la carretera, a través de un muro, veo unas esculturas muy curiosas. Entramos a verlas porque me resultaba muy llamativo, y no me las esperaba. Si os fijáis en la foto, podéis entender mi sorpresa. Un poco más adelante está la entrada. Una pequeña placita con bancos con frases escritas, y un espacio para niños con arena de playa. En frente, una serie de pequeños astilleros, con barcos de vivos colores y algunas cosas curiosas como un árbol en uno de los barcos. Esos astilleros, no están en la orilla de en frente, sino en una pequeña isla como luego pude comprobar.
Volviendo a las esculturas, están en una fuente realmente preciosa y como mitológica, algunas con unas posturas inusuales. Al leer el cartel informativo, y luego por internet, me entero que son los jardines pertenecientes a una casa, York House, hoy convertida en el ayuntamiento de Richmond. El último propietario de la casa, un indio muy importante y afamado, adquirió y trajo estas esculturas, que habían sido encargadas por un financiero, que al ser acusado de fraude, se suicidó y que formaban parte de un conjunto más amplio.
Al no estar muy seguros de quién era el escultor, las colocaron como creían que podría ser, pero nunca se sabrá si ésta era la disposición que quería el artista. A este señor indio, le gustaba mostrarlas en las innumerables y famosas fiestas que organizó. Cuando falleció, quedaron a expensas de la naturaleza y de las bombas de la guerra y casi se perdieron, pero de nuevo, gracias a la estupenda economía inglesa, las restauraron y las dejaron como están hoy. Me parecieron muy interesantes. Desde estos jardines, se llega a la casa por una pasarela de piedra también señorial y muy bonita.



No me había repuesto de este descubrimiento y su historia, cuando descubrimos otro lugar también muy curioso y muy distinto a la grandeza de la casa anterior. Los astilleros que vimos al entrar en los jardines de York House, no estaban en la otra orilla, como pensé, sino en una isla unida a nuestra orilla por un puente pequeño. Creo que se llama Eel Pie Island. A lo largo del Támesis, sobre todo en esta zona (al menos, lo que yo conozco) hay muchas isletas, pero sólo habitada por la vegetación y las aves. Salvo ésta, que yo sepa. Nos bajamos de las bicis porque lo indicaba expresamente. Esta isla es algo muy extraño. Hay varias casas como de cuento, pequeñas y decoradas con detalle y primor. Solo hay un camino por donde se puede ir, lleno de flores y plantas alrededor. Al final del camino, hay una especie de casa de la comunidad o así lo interpreté yo, donde se estaba celebrando una fiesta. Además de las casas de cuento, también había una edificación, bastante austera compuesta de adosados, que como luego pude ver, lo único bueno es que sus jardines, bastante extensos, eran como una playa privada que llegaba al río.

Volvimos a cruzar el puente dejando la isla, y continuamos hacia Kingston pero no hay Thames Path y nos sumerge en las calles de Twickenham, ya que la orilla está reservada para los jardines privados de todas esas urbanizaciones. Como por las calles no queríamos ir, buscamos la manera de volver a cruzar el río. No estaba muy lejos, tomando la calle Ferry Rd. Es otra zona donde también hay varias mesas para picnic y un pub.
Una vez cruzado el río y dirigiéndonos siempre hacia Kingston, el camino es tranquilo sin mucho que mencionar salvo que, cuando ya llegas a este pueblo, hoy ya barrio de Londres, puedes ver elegantes casas que dan al río con sus jardines y embarcaderos privados. Algunas, preciosas.
Por fin llegamos a Kingston, que es un pequeño pueblo, muy bonito, con calles peatonales, llenas de comercio y con una cuidada zona al lado del río, llena de restaurantes y pubs.
Nosotros paramos a comer en Woody’s Bar and Kitchen (http://www.woodyspubco.com) muy recomendable y con una decoración snob y cuidadosa. Pedimos el famoso camambert al grill que lo ponen con ajos y está muy bueno.


Después de comer, iniciamos la vuelta por esta misma orilla. Un camino como digo agradable y sencillo y muy rodeado de vegetación. Un poco antes de llegar a Richmond centro, encontramos otra sorpresa: The Ham House. Esta casa, también del siglo XVII, tiene un enorme terreno, por un lado da al Támesis y por otro tiene unos magníficos jardines que hoy pertenece a una fundación y se puede visitar. Fue arrendada por un amigo cercano al rey y miembro muy importante de su corte, que hizo varias modificaciones. Ha sido utilizada en varias películas y quizás algún día me decida a visitarla con el atractivo añadido de que dicen que hay más de 15 fantasmas en la casa!

Antes de volver definitivamente a casa, nos sentamos a tomar un helado muy cerca del puente de Richmond. Muy agradable también. En la vuelta a casa, lo único destacable es que las mareas habían subido tanto este día, que encontramos varios charcos que permanecían en el camino pero que eran fácilmente sorteables.
¡Qué pena no poder hacer este recorrido hace 100 o 200 años y ver cómo vivían los habitantes de estas casas! Pero es una ruta fantástica que recomiendo mucho. ¡Espero que os guste!
Links que menciono:
http://whiteswantwickenham.com
Mapa del recorrido:
Espérame para ver la casa y los fantasmas que sabes que me encanta. Yo quiero hacer esa ruta.
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